Deberías leer a Jenny Lawson, déjame explicarte porqué

Let's Pretend This Never Happened // Furiously Happy •

Reseña Jenny Lawson

El año pasado, 2016, por si lees este post desde el futuro, fue un año bastante fastidioso para mí, casi tanto como 2008, mi estado emocional no fue del mejor. Los libros siempre me han ayudado a llevar mis humores cuando se ponen complicados, solo que a veces pasa que no puedo encontrar el libro que me haga salir mi hoyo, casi siempre ahí es cuando experimento con nuevos géneros, esta es la primera vez que leo una Memoria, creo que así se llama este tipo de libro. La portada con el loco mapache me llamaba cósmicamente. Siempre le he tenido recelo a los libros no-ficción, porque o sea, quiero salir de mi realidad y encontrar cosas fantásticas que me animen, no quería leer algo real que me haga pensar y recordar cuan complicada puede llegar a ser mi vida.

Con Jenny Lawson, especialmente con Furiously Happy, sí recordé que mi vida es básicamente una putada de las malas, solo que habemos personas a las que nos los tocó peor, pero nos vemos fabulosos rodeados de nuestros desastres.

Pero, ¿quién #$%$#& es Jenny Lawson?

Jenny Lawson es una blogger (!!!), la genio detrás de The Bloggess, web donde escribe sobre como día es un desastre esperando a pasar. Sus post son tan geniales que terminaron convirtiéndose en libros: Furiously Happy y Let's Pretend This Never Happened. ¿Por qué es que ha tenido esta mujer un impacto tan fuerte en mí? Porque para mí ha sido una de las pocas personas con las de verdad he podido identificar, y no en un "ese personaje me recuerda a mí", porque ella es REAL, al menos eso creo, lo más seguro es que solo sea un montón de mini unicornios con disfraz de humano, estoy casi segura.

Entre los dos libros que mencioné, mi favorito es Furiously Happy, no solo porque fue el primero que leí, sino porque este tiene un humor tan cruel a veces, Jenny Lawson pone por escrito las cosas horribles que alguna vez, no voy a negar pensé. Me gusta porque este libro, en los dos en realidad, no habla de una vida idílica, pero tampoco sufre por ello. En sus libros va desde contarte como puede despertarse a media noche porque su cuerpo le falla horriblemente y termina varios días en el hospital hasta como TUVO que comprarse un gallo hecho de metal, o como fue a la premiere de Twilight con un disfraz de piel de lobo real (el lobo murió atropellado, ella lo aclara) o como sufre ataques de pánico antes de una firma de autógrafos.

Habla de depresión, de ansiedad, de enfermedades de podrían quitarle la vida, habla de amor, de sexo, de drogas, de taxidermia, de muñecas aterradoras, de diarrea y gatos. De sus perros. De la pobreza que vivió, pero de la cual no se había dado cuenta hasta que creció. Habla de familia y cuan peculiares estos son, habla de pedir ayuda, habla de muerte. Pero todo lo hace de una manera tan irónica, que puedes estar en un momento carcajeándote, para luego sentirte mal por reírte.

Eso sí, sentirás un MONTÓN de vergüenza ajena.

Escribir y pensar sobre los libros de Jenny Lawson me hace sentir bien, algo que el día que escribo esto, no había logrado.

Lo que me gusta de su forma de escribir es que no te endulza las cosas, te dice que sí, ese estado de ánimo va a pasar, pero hasta que lo haga será una total mierda, y luego de eso será peor. Pero al final, luego que todo eso que te ahoga y sientes que no puedes escapar, te vas a sentir bien.

Let's Pretend This Never Happened no tuvo el mismo impacto que Furiously Happy y es porque el primero me hizo reir, pero el segundo, me hizo querer hacer lo que la escritoa recomienda: luego de pasar uno de esos horribles momento de cambios de ánimo, vivir la furiosamente feliz, para que cuando vuelvan esos humores, tengas algo que te recuerde que tu vida no son esos estados de ánimo. Jenny Lawson con Furiosly Happy me dio ganas de hacer cosas.

Lo que quiero decir es que, sí, la vida puede a llegar ser pura mierda, pero escritoras como Jenny Lawson te hacen recordar que no hay mejor combustible para el humor que el dolor existencial y porque no, un poco de dolor físico para salpimentar.