2 ago 2017

THE BRIDE OF THE WATER GOD (2017) // Ocho es mi límite

Estaba muy emocionada de ver este dorama, es el primero que sigo a tiempo real y me decepciona muchísimo como a duras penas pude llegar a la mitad.



Habaek es un dios del agua. Sin embargo, no dejen que las leyendas los engañen. Ya quedaron atrás los días de los viejos dioses vestidos con túnicas. Habaek es un joven elegante con moda impecable y cabello perfecto. También es narcisista y quiere su trono celestial a toda costa. Habaek viene a la Tierra para encontrar una piedra mágica que le dará el poder que quiere. Y espera que su novia y predestinada sirviente le ayude. Sin embargo, hay sólo un problema: Su novia ni siquiera cree que él es lo que dice.


Como dije en mi reseña de Strong Woman Do Boog So, soy muy fastidiosa a la hora de gustarme un dorama, The Bride of the Water God lo escogí para verlo porque los adelantos se me hicieron muy interesantes: poderes, una posible historia romántica épica y gente muy atractiva, es algo para lo que siempre voy a estar emocionada, pero cada episodio se me iba haciendo más y más tedioso de continuar.

Este drama tiene un inicio no tan bueno, el primer episodio es incómodo de ver por la falta de carisma que los actores generan, y juntos la poca química es dolorosa de seguir.

The Bride of the Water God cae en todos esos recursos que no me gustan ver; jaloneos, macho alfa que cree saber mejor, y los escritores dándole la razón al hacer de la protagonista un accesorio para el mal desastre.

So Ah es una protagonista que da mucha cólera, literalmente hace nada en todo el show más que quejarse sobre su vida y no hace algo para cambiar esa situación, además que no le veía mucha realidad a sus problemas, o sea, la chica tiene un casota, un buen carro y una clínica… Y luego está el dios ese, ve a su página en TVTime y TODAS lo aman, bastante curioso para mi porque no sé qué veían, el tipo no tiene carisma.


Lo único resaltante, y la mayor razón por la que seguía con la serie, eran los personajes secundarios, y me duele tener que dejarlos, pero sentía que perdía mi tiempo. No me gustó que uno de los pocos personajes decentes tanto como en interpretación del actor como algo saludable como persona, me dieran la idea que es el villano, ese fue mi límite.

El único momento cuando realmente sentía emoción era cuando Glass Bridge sonaba de fondo, aunque ahora caigo en la cuenta que no importa que sea, mientras pongas esa canción de fondo la emoción va a subir hasta el cielo por más que lo que vea no me guste.


El episodio ocho fue lo máximo que pude llegar, quizá en algún momento me agarre curiosidad y me vea los restantes, aunque lo dudo bastante.

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